Expresión y Debate

Más de 60 pasajeros de un autobús "Low Cost" Megabus quedaron varados en Gerona, Cataluña, como consecuencia de que el chofer tenía la tarjeta de transporte (licencia especial) falsificada. 

El incidente sucedió en la autopista AP-7, donde personal de los Mossos de D'Escuadra (policia local catalana) en un control rutinario, paran al autobús que estaba realizando el trayecto Barcelona-Londres vía Tolouse, encontrándose con que la documentación del conductor era falsa. Esto hizo que el bus de Megabus quedase retenido al no tener chofer, quedando los pasajeros a su suerte, durmiendo algunos en hoteles de Gerona y otros tuvieron que pasar la noche a la interperie.

Por eso es recomendable viajar en empresas que brinden un servicio integral al pasajero.

Fuente: ABC.es

Las noches de insomnio son ideales para darse cuenta de la cantidad de fantasmas que pululan en el cable. Es cosa de prender el televisor (por lo menos en Argentina), poner la amplia oferta de canales que muchas veces no aportan nada deseable para ver, y como muchas veces, termino llegando a los canales de música. 

Como a las 3 de la mañana, en el caso de Much Music aparecen una amplia gama de virtuales espectros de la noche musical, en el sentido de que son unos verdaderos zombis sacados de los cajones de vampiros ochentosos del "El Ansía". Verdaderas piezas de museo como José Luis Fernández (Ex Maquina de Hacer Pájaros), Fede Arroyo, Gonzálo Aloras (Ex músico de Fito Paez) , Capsula, Niño Azul, General Paz y la Triple Frontera  entre otros desterrados del mainstream del rock nacional, pululan como los fantasmas de la noche. Tipos que tienen negado ser pasados en el día por los canales de cable, están enviados a esta especie de exilio musical, cuales rellenos entre la programación de la noche y la de la primera mañana.

Viendo los videos de muchos de estos, ya aprendí de donde Capusotto saca sus bizarros personajes, me imagino que el tipo se sienta a ver todo estos fantasmas de la noche, para seguir estirando su cuarto de fama. Pero seamos sinceros, sin estos fantasmas de la noche, tipos que viven de los residuos del rock como Capusotto no podrían existir, sin duda.

Al parecer, la idea del  futuro lineal que crecieron las generaciones hasta fines del siglo XX, lease, estudiar en la primaria, secundario, universidad y un trabajo estable hasta la jubilación, se ha convertido en prácticamente en un recuerdo del pasado.

La idea de la estabilidad, base fundamental del Estado de Bienestar, ya sea en su versión europea o latinoamericana, se ha ido desplomando lentamente. Pese a los cuestionamientos del modelo neoliberal, sobretodo en América Latina, que ha significado la vuelta del Estado a la gestión como a la acción, no ha significado una reconstrucción del estado de bienestar, sino que solamente es un reafirmante de las graves inequidades que están sufriendo las sociedades.

Un Estado que atiende a sectores particularizados de la sociedad no puede pretender  plantear la reconstrucción del estado de bienestar, si sólo se dedica a parchar problemas parciales sin apostar a soluciones de fondo, como es el caso de América Latina. El problema que muchas soluciones de fondo pasan por una fuerte reestructuración del Estado y su rol, pero no necesariamente por una reconstitución del Estado de Bienestar.

Tal vez, en esta etapa de crisis del Estado de Bienestar, habría que necesariamente situarla dentro de un contexto más amplio, de crisis de la modernidad, que en el caso de América Latina y España, pasa por el lado de asumir las mochilas del pasado, y tal vez, una refundación que probablemente significará no volver al Estado de Bienestar preexistente, pero sin duda, podrá ser mejor que la  actual situación de limbo que se vive a ambos lados del Atlántico.

En un posteo reciente mencioné por encima el fenómeno de los Ninis (ni estudian ni trabajan) un sector de jóvenes que cada vez más se consolida como una clara señal del fracaso de las políticas de integración social en América Latina en las últimas décadas. 

Muchos creen que los Ninis son producto de las políticas neoliberales, afirmación que puede ser cierta en algún sentido, pero hay que recordar que antes de las llamadas reformas neoliberales de la década de 1980 y 1990, muy pocas naciones latinoamericanas tenían altas tasas de escolaridad y inserción laboral para la mayoría de la población. El problema es que hoy día, la existencia de jóvenes que no estudian ni trabajan es un problema para casi todas las sociedades en América Latina, desde la oficialmente socialista Cuba hasta el neoliberal Chile. 

¿De donde vienen los Ninis? Tenemos que entender que a pesar a las crecientes cifras de escolaridad, cada vez la deserción escolar es un problema. Hay que considerar que para la Unesco, sólo seis naciones latinoamericanas están totalmente alfabetizadas (Argentina, Chile, Uruguay, Cuba, Venezuela y Costa Rica) pero las cifras de comprensión de lectura son realmente horrorosas. Gente que no entiende lo que lee, evidentemente quedará fuera del sistema educativo, engrosando la deserción escolar, por ende, acá podemos ver un factor de crecimiento de los Ninis. También podemos plantear la incapacidad del sistema educativo (institución y sujetos) en adaptarse a las circunstancias cambiantes que han sufrido las sociedades latinoamericanas en las últimas décadas

Con respecto al mercado laboral formal, al exigir escolaridad completa para muchos trabajos de poca espacialización deja fuera a miles de jóvenes que cargan con el secundario o primario incompleto, condenándolos al sub empleo o empleos mal pagados. No es casualidad que las tasas de desempleo (incluso las oficiales) siempre el desempleo juvenil sea un factor a considerar.

Es cierto que estos dos factores por si mismos, no explican el fenómeno de los Ninis, pero ayudarán a comenzar a discutirlo seriamente.

Un problema que vemos de manera recurrente en los mercados laborales latinoamericanos es la juventud de la masa laboral latinoamericana y  su condición de desechable tras  pasar los 35 años de edad. ¿Por que es un problema? Por la razón sencilla de que en muchos países de la región, el ingreso a la fuerza laboral formal es muy jóven, pero su vida útil termina en muchos casos despues de los 30 a 35 años, siendo demasiado viejos para volver a ingresar a la fuerza laboral, pero demasiado jóvenes para pensar en jubilarse, lo cual se está convirtiendo en un cuello de botella cada vez más fuerte en el mercado latinoamericano.

Podemos pensar que la idea de mostrar una idea de juventud y frescura que tienen muchas empresas en la región conspira contra la idea de acumular experiencia que pueda ser funcional para el aparato productivo. Si pensamos la inacción de los diversos gobiernos de la región sobre esta perversa conformación del mercado laboral, como la desidia del sector privado que prefiere a trabajadores jóvenes e inexpertos, ya que se les puede pagar poco y muchas veces en condiciones laborales deplorables, se está convirtiendo en un escenario perverso para el desarrollo.

Pero no es sólo esto que ensombrece el mercado laboral, Además, hay otro factor que hay que tomar en cuenta en el mercado laboral latinoamericano, es la cada vez creciente masa de jóvenes subempleados y subeducados, los llamados Ninis (ni estudian ni trabajan) los cuales son una especie de fusibles intercambiables y desechables. Los bajos sueldos (en relación a la misma labor en otros lugares), hacen que estos Ninis sean perfectamente cambiables sin mayor problema.

Estos dos escenarios, demuestran que la juventud en la región se encuentra dentro de un esquema laboral que simplemente es cruel y que por ahora, dependerá solamente de una crisis en el modelo para que pueda cambiar.